MALOS TIEMPOS PARA EL CONSUMO

En la moderna filosofía del marketing, el consumidor debe estar en el epicentro de todas las acciones. Hay que intentar crear relaciones de intercambio beneficiosas para ambas partes: consumidor y empresa. Pero siempre teniendo en cuenta sus necesidades, para así poder ofrecerles los productos (bienes, servicios, ideas) que las puedan satisfacer.

En el ámbito del marketing de instituciones lucrativas, ésta satisfacción de necesidades conlleva una contraprestación económica: el consumidor paga por aquellos productos que adquiere.

Y ahí nos encontramos con un factor relevante : el macroentorno económico.

La disponibilidad de renta del consumidor determinará su nivel de consumo y de ahorro. Y a nivel macroeconómico, el consumo en nuestro país sigue estando en un nivel bajo, fruto de la crisis económica.

Las cifras que hace unos días expuso la Ministra de Economía Elena Salgado, reafirman esta tendencia. El paro seguirá en niveles muy altos (19,8%), el crecimiento del PIB será todavía muy endeble (1,3%).
Con esta perspectiva pesimista, el consumidor opta por ahorra lo más posible (los que puedan...) para disponer de un pequeño “colchón financiero”  como previsión a la posibilidad de pérdida de empleo.





Todo ello a nivel global, repercute en el consumo. Y puede convertirse en un círculo vicioso: consumidor gasta menos- demanda menor de productos- empresas con problemas- recortes de plantillas- más paro...

Los famosos “brotes verdes” parece que tardaran más de lo esperado en llegar. Mientras, el marketing deberá seguir luchando para que el consumidor, en cierta medida, se sienta “ayudado” por todas las organizaciones que intervienen en la comercialización de productos, en este momento difícil para el consumo.

Todos esperamos que estos “tiempos revueltos” lleguen algún día a su fin. Pero sólo llegaremos antes mediante el esfuerzo común.


* Si quieres puedes leer el artículo que publiqué en Expansión sobre este tema, al inicio de la crisis:

Artículo : Consuma, por favor